Pregunta: “�Acaso emborracharse es un pecado?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Acaso emborracharse es un pecado?”

Respuesta:
Embriagarse con alcohol est� claramente prohibido en la Biblia (Proverbios 20:1; 23:20; 29-32; Isa�as 5:22; Efesios 5:18). Hay muchos mandatos en las Escrituras sobre comportamientos que hay que evitar, tales como la embriaguez, la inmoralidad sexual (1 Corintios 6:18) y la mentira (Proverbios 6:16-17). No obstante, la Biblia es mucho m�s que una lista definitiva de “pecados”. Cuando la abordamos como tal, nos equivocamos. Dios no quiere que marquemos una lista y consideremos todo lo dem�s aceptable. Los fariseos hac�an eso, y Jes�s no estaba complacido con ellos (Lucas 11:42; Mateo 23:23). Dios desea una obediencia que nazca de un coraz�n amoroso que quiera ser como �l (1 Pedro 1:15).

Emborracharse es un pecado, pero �y beber con moderaci�n? Beber alcohol ha sido objeto de debate dentro de la iglesia durante siglos. Hace a�os, la mayor�a de los cristianos consideraban que beber alcohol en cualquier cantidad era pecado. Hoy en d�a existe una mayor aceptaci�n del consumo moderado de alcohol entre los cristianos. En los tiempos b�blicos, cualquier persona apartada para Dios deb�a abstenerse totalmente de cualquier fruto de la vid durante el tiempo de su consagraci�n (Jueces 13:4; Lev�tico 10:9; N�meros 6:3; Lucas 1:15). A veces el vino simbolizaba la contaminaci�n mundana (Apocalipsis 18:3), y los llamados al servicio sacerdotal deb�an abstenerse de �l cuando ministraran en el tabern�culo (Lev�tico 10:9). Tales advertencias han llevado a muchos seguidores de Cristo a renunciar por completo al alcohol, pues consideran imprudente su consumo. Aunque beber con moderaci�n no se condena en las Escrituras, perder el autocontrol s�, y hay muchas advertencias sobre la naturaleza destructiva del alcohol (Proverbios 20:1; 31:4).

Efesios 5:18 dice: “No os embriagu�is con vino, en lo cual hay disoluci�n; antes bien sed llenos del Esp�ritu”. Se est�n comparando dos elementos: el alcohol y el Esp�ritu Santo. Cada uno tiene el poder de tomar el control de la mente y el comportamiento de una persona, con resultados muy diferentes. Emborracharse lleva a una p�rdida de autocontrol; estar lleno del Esp�ritu lleva a un mayor autocontrol (G�latas 5:22-23). No podemos ser controlados por los esp�ritus alcoh�licos y por el Esp�ritu Santo al mismo tiempo. Cuando elegimos ingerir sustancias que alteran la mente, estamos eligiendo efectivamente entregarnos al control de algo que no es el Esp�ritu Santo. Cualquier cosa que tome el control de nuestra mente, voluntad y emociones es un dios falso. Cualquier amo al que obedecemos que no sea el Se�or es un �dolo, y la idolatr�a es pecado (1 Corintios 10:14).

Embriagarse es un pecado. Ya sea el alcohol, las drogas o cualquier otro comportamiento adictivo, Jes�s dijo: “No pod�is servir a dos se�ores” (Mateo 6:24). Cuando nos emborrachamos con alcohol o nos drogamos, estamos sirviendo a un amo que no es el Se�or. Elegir seguir a Jes�s significa elegir en contra de nuestros viejos patrones pecaminosos y estilo de vida. No podemos seguir a Jes�s y tambi�n seguir la embriaguez, la inmoralidad o el pensamiento mundano (G�latas 2:20; Romanos 6:1-6). Van en direcciones opuestas. Primera de Corintios 6:10 incluye a los borrachos entre los que “no heredar�n el reino de Dios”. Cuando elegimos que nos definan por nuestro pecado, no podemos tampoco ser seguidores de Cristo (G�latas 5:19-21). Cuando elegimos la embriaguez a pesar del mandato de Dios contra ella, estamos eligiendo la desobediencia y no podemos, en ese estado, estar en comuni�n con un Dios santo que la condena (Lucas 14:26-27; Mateo 10:37-38).

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