Pregunta: “�Por qu� hay tantos cristianos falsos?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Por qu� hay tantos cristianos falsos?”

Respuesta:
A un cristiano se le puede definir como una persona que ha recibido y confiado plenamente en Jesucristo como el �nico Salvador del pecado (Juan 3:16; Hechos 16:31; Efesios 2:8-9). Y en el coraz�n del cristiano reside el Esp�ritu de Cristo (Efesios 3:17; 1 Corintios 6:19; Romanos 8:11). Ahora bien, “si alguno no tiene el Esp�ritu de Cristo, no es de �l” (Romanos 8:9), y esta persona, entonces, no es un cristiano. Por lo tanto, el t�rmino “falso cristiano” es un t�rmino equivocado. Se es cristiano o no se es cristiano; se est� con Dios o contra Dios (Mateo 12:30).

Dicho esto, esta pregunta es ciertamente leg�tima en la mente de muchas personas. Y esto es probablemente debido al comportamiento de algunos cristianos; sin embargo, tambi�n es probable debido al comportamiento de muchos que piensan que son cristianos o profesan serlo, pero que no lo son. Son muchas y variadas las razones por las que muchos creen que son verdaderos cristianos cuando no lo son. La falsa ense�anza es ciertamente una raz�n. Cuando las iglesias evitan la ense�anza de la sana doctrina, el resultado final ser� que los feligreses no conozcan la verdad de la Palabra de Dios. �C�mo pueden mantenerse en sinton�a con el Esp�ritu, cuando la Verdad no est� en ellos?

Adem�s, algunos creen que el hecho de repetir una oraci�n o responder a un “llamado al altar” puede haberlos convertido en cristianos. Muchos creen que sus tradiciones religiosas, tales como ser bautizados cuando eran ni�os, les aseguraron un lugar en el Cielo, o que s�lo sus numerosas buenas obras los han puesto en buena posici�n con Dios. Y por supuesto algunos creen que s�lo asistir a la iglesia garantiza la salvaci�n. El tema es que muchos que profesan ser cristianos no lo son en absoluto. Sin embargo, est�n convencidos de que todo est� bien con su alma. Lamentablemente, muchos vivir�n toda su vida creyendo que fueron cristianos s�lo para un d�a escuchar estas palabras de Jesucristo: “Nunca os conoc�; apartaos de m�, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).

La clara ense�anza de la Biblia es que cuando alguien es salvo su vida cambiar� definitivamente puesto que “nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu� todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Un verdadero cristiano nacido de nuevo se esforzar� por llevar la gloria y el honor a Cristo viviendo una vida que agrade a Dios (1 Pedro 1:15-16, 4:1-4). La verdadera fe salvadora producir� obras o “frutos” en la vida del creyente (Santiago 2:17, 26). Por lo tanto, si no hay obras de amor en la vida de una persona, sin duda se requiere un cuidadoso examen de conciencia. El ap�stol Pablo instruy� a los que est�n en Corinto a hacer esto mismo: “Examinaos a vosotros mismos si est�is en la fe; probaos a vosotros mismos. �O no os conoc�is a vosotros mismos, que Jesucristo est� en vosotros, a menos que est�is reprobados?” (2 Corintios 13:5). De hecho, cualquier profesi�n de fe que no resulte en un cambio de vida y buenas obras es una confesi�n falsa y tal persona no es cristiana.

Ahora bien, aunque el estilo de vida de los verdaderos cristianos refleja la presencia de Cristo en sus corazones, sabemos que no somos perfectos. Los cristianos pecan y el ap�stol Juan indica claramente que nos enga�amos a nosotros mismos si pensamos de otra manera (1 Juan 1:8). Y cuando los cristianos pecan, hay quienes est�n ansiosos por usar su “error” para denigrar a�n m�s al verdadero cuerpo de creyentes. Por eso Pablo amonest� a la iglesia de Tesal�nica a abstenerse incluso de la apariencia del mal (1 Tesalonicenses 5:22) y a vivir de tal manera que “os conduzc�is honradamente para con los de afuera” (1 Tesalonicenses 4:12).

Lo que los cristianos no har�n, sin embargo, es incurrir en pecado repetido o habitual (1 Juan 3:6). El que comete un pecado deliberado y habitual simplemente demuestra que no conoce a Cristo y, por lo tanto, no puede permanecer en �l, aunque viva su vida bajo el amplio paraguas de la religi�n y, por consiguiente, muchos lo consideran un cristiano.

A medida que los creyentes maduren en su fe, exhibir�n cada vez m�s pruebas de su verdadera naturaleza cristiana, como su amor a Dios, el arrepentimiento del pecado, la separaci�n del mundo, el crecimiento espiritual y la vida obediente. Como dijo Pablo a los romanos, el genuino hijo de Dios ha sido liberado del pecado y se ha convertido en un esclavo de Dios, y el resultado es la vida eterna (Romanos 6:22).

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